Expertos creen que el MAS comete terrorismo psicológico al buscar el poder ‘a como dé lugar’
Analistas políticos y económicos, un representante de la Iglesia católica, un exdefensor del pueblo y un economista denuncian que el paro general con bloqueo nacional de caminos, anunciados por sectores afines al MAS a partir del lunes y la amenaza de una guerra civil si el Tribunal Supremo Electoral (TSE) elimina la personería jurídica del partido de Evo Morales, son abusivas, se constituyen en una falta de respeto a la vida, buscan amedrentar, son un atentado de “terrorismo psicológico” y forman parte de una estrategia para recuperar el poder a como dé lugar.
Un cabildo realizado en El Alto esta semana definió un bloqueo de caminos y paro indefinido desde el lunes, 3 de agosto, para exigir que las elecciones se realicen el 6 de septiembre y no el 18 de octubre.
Luego de que el candidato Luis Arce revelara encuestas en una entrevista, el TSE analiza la posibilidad de suspender la personería jurídica del MAS. Dirigentes mineros, cocaleros y de los Ponchos Rojos amenazaron otra vez con una «guerra civil».
Ante esto, surgieron duras críticas de diversos sectores. El arzobispo emérito de la Arquidiócesis de Sucre, Jesús Juárez, dijo que ve con “mucha preocupación y dolor” que las amenazas del MAS, con movilizaciones y guerra civil, no colaboran a profundizar la democracia y a salvar la vida.
Dentro de un estado de derecho, las elecciones son muy importantes para preservar la democracia. Por lo tanto, “hay que tener la suficiente valentía para discernir en estos momentos lo que le conviene al país: La salud y la economía”, dijo el monseñor.
Hoy, aseveró, estas amenazas “son abusivas y representan una falta de respeto a la vida, una imprudencia promover estos bloqueos y marchas que contribuyen a que la gente se contamine (con Covid-19) si no pone en práctica todas las medidas de bioseguridad. Las marchas y bloqueos solo profundizarán la crisis sanitaria y económica”.
Complementó que una amenaza de guerra civil no sirve para solucionar los problemas, y su único propósito es amedrentar e impedir la llegada de soluciones eficaces y duraderas. “Debemos cumplir la ley, las autoridades son las llamadas a buscar el bienestar del pueblo y un diálogo sincero es imprescindible. En este momento apurar las elecciones le restará legitimidad al siguiente gobierno. Solamente podremos tener los comicios que esperamos una vez que se supere la crisis sanitaria”.
El analista político Álvaro Zuazo Vélez comentó que se perfila una dinámica que es recurrente en el MAS, “y que fomenta el miedo a través la extorsión con el castigo de la violencia que en muchos casos se concreta. Por lo tanto, no es una mera amenaza”.
A eso se suma, “una vez más y ante la posibilidad de que el TSE le quite la personalidad jurídica al MAS”, la amenaza de guerra civil. “Es siempre y más de lo mismo, el mensaje del partido de Evo Morales es claro: ‘si no se hace lo que exigimos viene la violencia desenfrenada contra ustedes’”.
El analista consideró que en este caso, aunque el lente está sobre el órgano electoral, “el tiro por elevación siempre tiene como objetivo el Gobierno, al que hay que desestabilizar para derrocarlo, para convalidar los resultados fraudulentos del 20 de octubre, y en definitiva retornar al poder de una u otra manera”.
Esto lo llevó a concluir que el MAS busca adelantar las elecciones, para evitar que la gente vaya a votar, porque entiende que el ausentismo le permitiría ganar en primera vuelta, “y esa es una nueva forma de fraude porque le secuestra a la gente la posibilidad de ir a votar”.
En segunda instancia remarcó que la amenaza de guerra civil tiene el objetivo de paralizar cualquier tipo de posibilidad para que el TSE suspenda la personería.
Para el analista, el denominado “instrumento político” tiene como objetivo “recuperar el poder a como dé lugar y con la violencia como telón de fondo porque no puede ser de otra manera que gobernando”.
El exdefensor del pueblo Rolando Villena coincidió y complementó que el MAS siempre tuvo una lógica contraria al sistema democrático, y al derecho que tienen los bolivianos a participar en igualdad de condiciones en las elecciones generales.
“No se conciben a sí mismos, no pueden sobrevivir si es que no están en el poder. Por ello su apuesta va por volver al mismo en cualquiera de los escenarios. No les interesa la vida, tampoco la democracia”, sostuvo.
Villena advirtió que la estrategia de las marchas, los bloqueos y la guerra civil conforman una estrategia absolutamente suicida, “que nos puede llevar al precipicio. No es racional, es abusiva, y apuestan al todo o nada, y eso es muy grave”.
El analista económico Alberto Bonadona opinó que las amenazas muestran una vez más la naturaleza del MAS, al que “no le interesa la gente. Ni sus militantes, ni los ciudadanos en general”.
Apuntó que amenaza en el orden político con bloqueos, movilizaciones y hasta guerra civil, en lo económico impide que se sigan trámites en el Legislativo que beneficiarían al país incluso si recuperara el poder. “La verdad, todo eso son muestras de extrema insensatez que rayan con la locura”.
El psiquiatra Fernando Garitano relató que, en su experiencia profesional, en las últimas semanas asistió a más consultas “porque la gente está cada vez más asustada de contagiarse con el Covid-19. Eso se asocia e incrementa porque no hay espacio en los hospitales. Esto se agrava aún más con el hecho de que la enfermedad genera mucha incertidumbre y debate, porque no hay un tratamiento concreto”.
Por ello, los anuncios de un partido político como el MAS, “implican la amenaza, por supuesto que hace que mucha gente se ponga peor”. El especialista lo califica como “terrorismo psicológico”, porque genera e incrementa el nivel de tensión de una población muy estresada. “Se ejerce una presión psicológica, chantaje y amenaza sobre personas que en este momento vive indefensa. El acto en sí es generar miedo, terror en personas vulnerables, es un atentado a la salud pública mental”, dice Garitano.
Comentó que eso puede generar una serie de descompensaciones en la salud, ataques cardiacos y conductas suicidas. “Es una actitud muy peligrosa”, remarcó.
El general Marcelo Antezana, exasambleísta y excomandante del Ejército, opinó que ante las amenazas de desestabilización, “el MAS debe tener la seguridad de que las FFAA podrán controlar la situación. Si afectan al estado de derecho y se lanzan en una aventura descabellada con apoyo internacional en materia política, se volverán a enfrentar con la institución armada, y no será la primera ni la última vez que saldrán perdiendo”.
Antezana lamentó que el terrorismo de Estado “maree a exautoridades que lo ejercieron por tanto tiempo. Los vientos cambiaron y estoy convencido que cualquiera sea la situación no se podrá alterar el estado de derecho y la democracia” en Bolivia.
El empresario Gabriel Dabdoub, expresidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, manifestó que la pandemia preocupa mucho, en lo sanitario y lo económica. “Creo que en ambos ámbitos se requiere una política mucho más agresiva”.
Sin embargo, Dabdoub manifestó que las marchas y los bloqueos no son una medida aconsejable, tomando en cuenta la situación actual del país. “Eso preocupa, se juega con las vidas. Hay que sentarse a dialogar. Las amenazas no nos llevan a nada, eso debe quedar claro”.
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