Erika Segales / La Paz
Durante el gobierno del MAS, los cubanos pasaron de apoyar en el área de la salud y educación al ámbito de la formación de militares bolivianos, mediante la escuela de formación antiimperialista. El tema cobra vigencia por la revelación que hizo la defensa de Jorge Terceros, excomandante de la FAB, sobre la presunta presencia de cubanos en el ataque que sufrió la caravana de Potosí en los conflictos de 2019.
Las misiones de cubanos arribaron al país el mismo año en que Evo Morales asumió el poder en 2006, en el marco del convenio para el programa de alfabetización “Yo Sí puedo” y con el proyecto oftalmológico “Operación Milagro”. La presencia de Cuba gravitó en Bolivia por más de una década, tiempo en que alcanzó el ámbito de la formación de efectivos militares.
En enero 2016, el entonces ministro de Defensa de Evo Morales, Reymi Ferreira, anunció la inauguración de la escuela militar antiimperialista “General Juan José Torres Gonzales”, y señaló que contaría en su plantel docente con instructores de Cuba y de Venezuela, entre otros; además, indicó que la formación en ese centro de estudios castrense sería un requisito para ascender en las FFAA.
Antes de la inauguración de la escuela antiimperialista, fechada para el 17 de agosto de 2016, una delegación militar de Cuba visitó Bolivia del 26 al 29 de abril para participar en la Primera Reunión de Coordinación del Protocolo entre el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba y las FFAA de Bolivia. Entonces se habló de la cooperación e intercambio de experiencias en la formación de profesionales militares de ambos países, según una nota del 29 de abril del Ministerio de Defensa.
Se indica que en aquella ocasión la delegación de ese país tenía proyectado visitar unidades operativas militares en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz, para “conocer la infraestructura, equipamiento y el desempeño del personal de tropa y cuadros”.
En marzo de 2019 sorprendió la llegada de Hassan Pérez Casabona, denominado el “Talibán cubano”, quien arribó al país y fungió como instructor de la escuela de formación militar antiimperialista. Pérez, que es reconocido como un destacado orador, que incluso antecedía en mensajes a Fidel Castro, también brindó cursos de formación a miembros de las Fuerzas Armadas de Cuba.
Freddy Bersatti, excomandante del Ejército, advirtió en diversas oportunidades que la participación de los cubanos iba más allá de la formación militar y que incluso llegaron a tener acceso a la Unidad de Inteligencia del Ejército boliviano.
“El general (Williams) Kalimán, cuando fungía como comandante del Ejército, autorizó que (Juan Ramón) Quintana, Raúl García Linera, Hugo Moldiz y un grupo de cubanos accedieran a la Unidad de Inteligencia del Ejército, participando como cabeza del proceso de inteligencia, definiendo las amenazas y el plan de búsqueda de información (…), cambiando la esencia de la inteligencia de apoyo a la seguridad nacional, por la de seguimiento y persecución política a dirigentes de la oposición”, escribió en su libro Los cuatro del poder oscuro del entorno, publicado en 2020.
Asimismo, informó que se tuvo conocimiento de que en años anteriores, grupos de personas recibieron adoctrinamiento e instrucción de tiro con armamento AK-47 por parte de instructores cubanos.
Hace unos días, Jorge Santiestevan, abogado de Jorge Terceros, excomandante de la FAB, afirmó que hubo informes de inteligencia de las FFAA que detectaron grupos irregulares armados, que atacaron con francotiradores a la caravana de mineros de Potosí que se dirigía a La Paz el 10 de noviembre de 2019. “El general Terceros dijo que había presencia de bolivianos y cubanos, según esos reportes que le llegaron a Kaliman”, sostuvo el jurista. Hasta el momento, la justicia no tiene identificado a ningún responsable por aquel ataque armado en el que resultaron heridos tres mineros.
La salida de médicos cubanos
El 16 de noviembre de 2019, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, anunció la salida de 725 miembros de la brigada médica cubana en Bolivia, luego de que cuatro de ellos fueran detenidos y acusados de supuestamente organizar y financiar protestas contra el entonces gobierno de Jeanine Añez.
El 14 de noviembre, el entonces subdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, Christian Saavedra, informó que se investigaba a tres ciudadanos de nacionalidad cubana encontrados con 90.000 bolivianos en mochilas, en la ciudad de El Alto. Entonces, los detenidos manifestaron que ese dinero estaba destinado a cubrir salarios de los médicos cubanos.
Dos meses después, el 8 de enero de 2020, Roxana Lizárraga y Aníbal Cruz, quienes fungían como ministros de Comunicación y de Salud, respectivamente, brindaron una conferencia de prensa para informar que, de los 702 integrantes de la brigada cubana en Bolivia, solamente 205 eran médicos titulados.
Entonces, afirmaron que los demás desempeñaban otras labores técnicas y tenían asignado el mismo salario que los médicos, de aproximadamente 1.032 dólares (7.104 bolivianos). “El daño económico es altísimo porque no se ha invertido en salud, en hospitales, se ha invertido en financiar a personas dedicadas al servicio de inteligencia”, expresó entonces Lizárraga.
Días después, el canciller cubano Bruno Rodríguez afirmó que por la salida de la brigada médica se dejaron de realizar más de 454 mil atenciones médicas, y en un tuit señaló: “Vulgares mentiras de la golpista autoproclamada en Bolivia. Otra muestra de su servilismo a EEUU”. La declaración llevó a una ruptura de relaciones diplomáticas por casi un año, hasta la asunción al Gobierno de Luis Arce.