Analistas políticos coincidieron que el Movimiento al Socialismo (MAS) y el Gobierno articulan a sus aliados regionales para sustentar la narrativa del supuesto “golpe de Estado” en contra Evo Morales. Estas repuestas son mediáticas, principalmente, pero también las acompañan con denuncias y procesos de investigación.
El pasado mes el asambleísta de Unes, de la facción correista en Ecuador, Fausto Jarrín, denunció que entre noviembre y diciembre la administración del expresidente Lenin Moreno envió “armamento militar” para apoyar al gobierno transitorio. Afirmó que ese material fue para “reprimir al pueblo boliviano”, por lo cual interpuso una denuncia ante la Fiscalía en contra de exautoridades.
La pasada semana el canciller de Bolivia, Rogelio Mayta, dio a conocer una carta presuntamente firmada por el general Jorge Terceros para agradecer el envío de “armamento bélico” al exembajador argentino, Normando Álvarez. Inmediatamente el presidente del vecino país, Alberto Fernández, envió una nota de disculpas y acusó al exmandatario Mauricio Macri de ser parte de la ruptura del orden constitucional en Bolivia.
El analista político Ludwin Valverde indicó que el MAS articula mediáticamente a sus aliados de otras naciones porque la narrativa del “golpe de Estado” en el país no tuvo el impacto que esperaban, al solo al culpar a la oposición y exjefes militares y policiales. Es por eso que se ven en la necesidad de involucrar a actores extranjeros.
“Las denuncias de golpe de Estado al no darle al MAS efectivos resultados a nivel interno, se ocupan ahora por afianzar una presencia internacional de su discurso de conspiración y complot hacia el expresidente Evo Morales. Se dieron cuenta de no tener la repercusión interna que esperaban, por eso recurren a sus aliados de la región”, detalló
Valverde explicó que este apoyo internacional, de igual manera fue articulado en 2020, mientras el Movimiento al Socialismo no estaba de gobierno. Agregó que el apoyo de Fernández responde para desacreditar a Terceros y opacar las revelaciones que hizo sobre lo hechos acontecidos antes y después de la renuncia de Morales, que muestra que el partido de gobierno quería una escalada en los conflictos sociales del 2019.
El politólogo Carlos Cordero coincidió que la estrategia del MAS ahora es tener el respaldó de sus aliados a nivel internacional. Por lo cual dijo que no será extraño que cuando el presidente virtual de Perú, Pedro Castillo, asuma como gobernante, también surja una denuncia similar como la realizada por la administración gubernamental argentina.
“Es un escenario probable que en los días que vienen, vengan denuncias de otros actores políticos internacionales. Es probable que de otros países, otros gobiernos amigos, como el que será en Perú, sigan las repercusiones en el intento de apoyar la narrativa del golpe de Estado en Bolivia”, resaltó.
Cordero recordó que cuando Evo Morales estuvo en México y posteriormente en Argentina, los gobiernos de tendencia de izquierda afirmaron que en Bolivia hubo una ruptura del orden constitucional en foros internacionales. A esto se sumaron supuestos expertos que hicieron publicaciones en medios de Estado Unidos, para desvirtuar el informe de auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) y negar que hubo fraude electoral.
Conspiración de la derecha internacional
El presidente Luis Arce, en un acto en Tiquina el fin de semana, aseveró que la carta del general Jorge Terceros, confirma que hubo el supuesto “golpe de Estado”. Asimismo que para ello existió un apoyo de la “derecha internacional”, por lo cual llamó a la unidad para evitar que se repita este tipo de hechos.
“(El envió de armando bélico del gobierno de Mauricio Macri) confirma que sí, evidentemente, hubo un golpe de Estado en noviembre (de 2019), patrocinado por toda la derecha en América Latina”, sostuvo el mandatario.
Días antes, el canciller Rogelio Mayta puntualizó que se pidió informes a las embajadas de países que se sospechan que estuvieron involucrados en la presunta ruptura del orden constitucional. Adelantó que saldrán más pruebas que demuestran la supuesta conspiración en contra Evo Morales.