
El Banco Mundial (BM) anticipa un débil desempeño económico para Bolivia en 2025. En su informe más reciente, proyecta un crecimiento de apenas 1,2% para esta gestión. Actualmente, el país atraviesa una crisis económica marcada por la escasez de dólares y una inflación en aumento, factores que han alimentado un creciente descontento social.
En su informe El estado de la región América Latina y el Caribe, el organismo internacional resalta la creciente volatilidad económica mundial; los países de América Latina y el Caribe deben adaptar sus estrategias económicas para afrontar la creciente incertidumbre.
El reporte detalla que la inflación en los países avanzados, en lugar de estar erradicada, como se esperaba anteriormente, parece que persistirá, retrasando nuevos recortes de las tasas de interés y limitando el espacio para que los bancos centrales de América Latina y el Caribe (ALC) flexibilicen aún más la política monetaria.
“El aparente giro de Estados Unidos hacia mayores aranceles arroja incertidumbre sobre el proyecto de nearshoring en ALC y el acceso a los mercados mundiales en general, mientras que el otro principal mercado de ALC, China, continúa mostrando un crecimiento anémico”, dice el reporte.
Además, agrega que los recientes recortes a la asistencia externa para el desarrollo por parte de las economías avanzadas podrían afectar a varios países.
Si bien durante la última década la mayoría de los flujos migratorios se han producido dentro de ALC, el aumento de la migración que retorna desde Estados Unidos podría ejercer presión sobre algunos mercados laborales locales y los recursos destinados a la reintegración de los migrantes, al mismo tiempo que se reducen las remesas. Es probable que el orden mundial se encuentre en un estado de cambio por un tiempo.
El más reciente informe sobre Bolivia señala que el país registrará un crecimiento económico moderado en 2025. La proyección para ese año es de una expansión del PIB de 1,2%, en un contexto marcado por importantes desafíos estructurales.
Actualmente, la economía boliviana enfrenta una aguda escasez de divisas que impacta negativamente a varios sectores productivos. A esta situación se suman la falta de combustibles y las restricciones a las exportaciones, especialmente en productos clave como la soya en grano y sus derivados.
Las proyecciones para los próximos años no son alentadoras: se estima que el crecimiento se mantendrá bajo en 2026 y 2027, con una tasa de apenas 1,1% para ambos años.
Estas cifras reflejan una desaceleración gradual en la economía boliviana durante el período 2024-2027, con un desempeño por debajo del promedio regional. Para 2025, América Latina y el Caribe proyectan un crecimiento del 2,1%, lo que deja a Bolivia rezagada en comparación con sus pares.
