El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, anunció hoy su renuncia al cargo. Recordó que llegó a asumir el cargo en medio de la adversidad y hostilidad que reinaban en el país. “Parto como llegué”, indicó en una carta.
Romero informó que mañana presentará su renuncia, tras cumplir con integrar y presidir el Tribunal Supremo Electoral en una época desafiante. “Al presentar mañana la renuncia a la presidencia y a la vocalía, cierro una etapa personal y concluyo una fase institucional, con un Tribunal presto para encarar nuevas etapas”, indicó en conferencia de prensa.
En su gestión, destacó que no fue sencillo alcanzar el logro de que el ciclo electoral deje una democracia fortalecida y un país en paz, “cuando ni lo uno ni lo otro estaba asegurado ni era evidente en noviembre de 2019”.
Recordó también que durante los últimos comicios, organismo y el proceso electoral fueron golpeados. “Amenazas, hostigamientos desde todos, o casi todos los frentes políticos, a veces sucesivos, en otras ocasiones, simultáneos; presiones de organizaciones sociales, regionales, corporativas; acechanzas de otros Poderes”, explicó Romero.
Salvador Romero fue posesionado el 20 de diciembre de 2019, con el objetivo de organizar unas elecciones transparentes. Él asumió el cargo luego de que en Bolivia se registraron diversas protestas contra el Tribunal Electoral por indicios de fraude (octubre de 2019). Estuvo en el cargo por 495 días.
Durante la dirección de Romero se celebraron dos procesos electorales: El nacional del 18 de octubre de 2020 y el subnacional que finalizó hoy tras la entrega de cartas credenciales a las autoridades electas.
“Parto como llegué, hombre libre de ataduras, independiente de fuerzas políticas o intereses de grupo, comprometido exclusivamente con la elección limpia como piedra angular de la democracia y punto de reencuentro de los bolivianos, más allá de nuestras diferencias”, Romero se despidió con esas palabras.
«Parto como llegué, hombre libre de ataduras, independiente de fuerzas políticas o intereses de grupo, comprometido exclusivamente con la elección limpia como piedra angular de la democracia y punto de reencuentro de los bolivianos, más allá de nuestras diferencias. Parto como llegué, indiferente a los pasajeros oropeles de la función, desconfiado de su supuesto poder, convencido que más bien que ella requiere una dignidad sobria. Parto como llegué, con los mismos valores, intactos sino reforzados en las pruebas ásperas que soportaron. Parto como llegué, con tranquilidad de ánimo, consciencia y espíritu» señala en la carta que leyó hace instantes en rueda de prensa en el TSE.