A través de cartas dirigidas a los responsables de las oficinas diplomáticas de Bolivia en los países donde tiene representación diplomática, el gobierno boliviano cesó a todo el personal jerárquico en esos despachos. Pero los cónsules reclaman por los funcionarios de carrera que también fueron despedidos.
“El día de ayer (miércoles) han llegado notas de cese de funciones a todas las embajadas y nosotros como jefes de misión, y con mayor razón los que estudiamos la carrera diplomática, sabemos que el jefe de misión tiene que poner a disposición su cargo”, dijo el encargado de negocios de Bolivia en Argentina, Julio Alvarado. Precisó que logró comunicarse con varios de sus colegas en otros países y le confirmaron que también recibieron las notas.
De acuerdo con el portal del Ministerio de Relaciones Exteriores, Bolivia tiene 36 embajadas y 60 oficinas consulares en distintos países. Además de cinco representaciones ante organismos internacionales.
Según Alvarado, cuando él llegó como nuevo encargado de negocios a Argentina, ninguno de los siete funcionarios era de carrera y todos habían sido designados políticamente.
El escalafón diplomático lo elabora la Cancillería del Estado y que los funcionarios, al haber sido calificados en la academia diplomática, conocen sus funciones. En este caso, dijo que el protocolo exige que todos los jefes de misión pongan a disposición sus cargos porque son personal de confianza del gobierno de turno.
Pero ellos deberían dejar sus oficinas a personal encargado. Según el escalafón diplomático, las embajadas están compuestas por el Embajador, le sigue el Ministro de Primera; Ministro Consejero; Consejero; Primer Secretario; Segundo Secretario y Tercer Secretario. Los embajadores o los encargados de negocios deben entregar sus informes y el inventario al Ministro Consejero, pero en Argentina ese personal fue depuesto por el actual gobierno.
“Nosotros, los que hicimos la carrera diplomática sabemos que tenemos que irnos, no vamos a ser como ellos que no querían dejar las oficinas”, recordó Alvarado en directa alusión al embajador de Bolivia en NNUU, Sacha Llorenti, quien se negó a dejar su cargo cuando asumió la presidenta Jeanine Áñez.
El escalafón
Según el exencargado de negocios en Argentina, la gestión de Karen Longaric realizó una tarea académica e instituyó el escalafón diplomático que fue aprobado en la Ley 465 del Servicio Exterior y cuyo reglamento nunca fue elaborado por el Gobierno de Evo Morales.
El servicio exterior siempre fue considerado como el “exilio dorado” en los partidos políticos, porque constituía el destino de los funcionarios estatales que tenían problemas en el país y se optaba por enviarlos a las embajadas.
Cuando ingresó el MAS al gobierno en 2006, el canciller David Choquehuanca, hoy vicepresidente, dijo que se reformaría completamente el servicio exterior y que serían tomados en cuenta personalidades y profesionales que puedan representar al país. Pero no fue así.
Los dirigentes de los movimientos sociales, exjefes militares y policiales, exministros e incluso legisladores, fueron designados como embajadores y cónsules en las oficinas diplomáticas que tiene el país allende las fronteras.
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