Militares: Tres amenazas acechan a las FFAA por la intromisión política

Afirman que la justicia militar está a punto de desaparecer; los procesados se sienten desprotegidos y los ascensos responden a la política y no a la norma.

Daniela Romero L. / La Paz

Los encarcelamientos de cuatro ex jefes militares, dos acusados de haber participado en el caso denominado “golpe de Estado” y dos acusados de las muertes en Senkata y Sacaba, causan malestar dentro de las Fuerzas Armadas, tanto que algunos oficiales aseguran que al menos tres amenazas acechan la estabilidad de la institución castrense. El ministo de Defensa, Edmundo Novillo, dijo que no percibe “ningún problema” en el sector.

“La intromisión política ha  llevado a otra dirección a las Fuerzas Armadas. En todos estos años el poder político, especialmente del MAS, está haciendo que desaparezca la justicia militar”, sostiene el coronel Jorge Santisteban, militar en reserva y analista en temas de defensa.

El artículo 245 de la Constitución Política del Estado (CPE) dice: “La organización de las Fuerzas Armadas descansa en su jerarquía y disciplina. Es esencialmente obediente, no delibera y está sujeta a las leyes y a los reglamentos militares. Como organismo institucional no realiza acción política; individualmente, sus miembros gozan y ejercen los derechos de ciudadanía en las condiciones establecidas por la ley”.

 “Nos regimos por las leyes militares, pero el poder quiere hacer desaparecer la justicia militar, es una amenaza contra la institución”, dice Santisteban.

 Un coronel en servicio activo de la Fuerza Aérea coincide. “La Constitución es clara en darnos tareas;  sin embargo,  los intereses personales hacen que se tenga que dañar esta institución que tantos años nos ha costado volver a tener la confianza de la sociedad civil”, afirma. Prefiere no dar su nombre por miedo. “No quiero ser detenido”, dice.   

 El general Jorge Pastor Mendieta, excomandante del Ejército,  y el almirante Gustavo Arce, exjefe del Estado Mayor,  fueron encarcelados en los últimos días, acusados del supuesto “golpe”. El viernes, el general del Ejército Franko Suárez Gonzales  fue enviado a la cárcel por el caso Senkata y  en noviembre de 2020 el general de la Fuerza Aérea  Alfredo Cuéllar recibió arresto domiciliario por el caso Sacaba.

“Estas detenciones no son legales. Los militares se rigen en la justicia militar, pero han pisoteado todo. Lo más lamentable es que estos oficiales están abandonados por el Comando en Jefe, están desprotegidos y perseguidos por el Gobierno. Que el alto mando no se olvide que ellos son parte de las FFAA, siguen dependiendo del alto mando; por lo tanto,  es su deber darles apoyo, ampararlos”, complementa Santisteban.

Para un general de la reserva activa de la FAB, no se puede admitir la ilegalidad. “No podemos permitir bajo ningún punto de vista que la fractura de la legalidad del país sea tema de preocupación únicamente de la sociedad civil a la cual nos debemos por cierto. Debemos asegurar el imperio de la Constitución por encima de cualquier interés personal, sea de quien sea”.

“El silencio del alto mando sobre las detenciones de los oficiales es un insulto, es el encubrimiento de la ilegalidad en la que incurre el Gobierno”, complementa el coronel activo. Ésa es la segunda amenaza que ven los oficiales de la entidad castrense.

Y precisamente en los altos mandos radica gran parte de las consecuencias que se ven ahora. Los entrevistados afirman que desde 2006, cuando Evo Morales ingresó al poder, se rompió la cadena de sucesión en las FFAA.

“Jamás se ha visto la injerencia política. Han ascendido al comando en jefe a quienes no han hecho carrera militar de honor. Esos que han cumplido con todas las normas y han hecho una carrera impecable para ser generales o comandantes del alto mando no les sirven al poder político”, señala el coronel Santisteban.

Concuerda con él el coronel activo de la FAB. “Sólo pongamos de ejemplo a (Williams)  Kaliman y (Sergio) Orellana. Ellos no merecían estar en el lugar que los han puesto. Pero sus intereses políticos los han  llevado ahí. El primero hasta se declaró un socialista. Esto menoscaba lo que importa de verdad, que es la carrera militar”, afirma.

Sin carrera militar y sin jefes adecuados, la institucionalidad está en riesgo. “A lo largo de 14 años, los mandos militares fueron leales y obsecuentes con los del partido de gobierno, en todas las actividades”, señala el general en reserva activa.

El malestar en las filas militares es evidente cuando se habla con ellos, aseguran que no quieren depender de la política. Pero el ministro de Defensa, Edmundo Novillo, sostiene que “no hay ningún problema”. Así lo dijo en  Red Uno. Página Siete pidió a su comunicador una entrevista con la autoridad, pero jamás respondió al mensaje pese a haberlo leído.
 

Kaliman, de soldado del proceso a perseguido

 Williams Kaliman, excomandante de las Fuerzas Armadas, pasó de ser un soldado del proceso de cambio del Movimiento Al Socialismo (MAS) a perseguido por el gobierno del mismo partido.

En diciembre de 2018, cuando Evo Morales era presidente, se declaró “soldado del proceso de cambio” en respaldo al partido de gobierno. Acompañaba al entonces mandatario en todo evento y acto nacional. Kaliman estuvo al frente de la FTC en el Chapare de 2011 a 2012, un cargo  importante tratándose de una de las principales zonas  de producción de coca que aglutina a seis federaciones y de las que el Morales es el máximo dirigente.

No obstante, en noviembre de 2019, tuvo que salir a sugerir la renuncia de Morales para pacificar el país. Esto hizo que el Gobierno lo acusara de ser parte de un golpe de Estado. La Fiscalía lo busca en el país desde hace semanas para aprehenderlo.

 El primer jefe militar de la era Evo

El general del Ejército Wilfrido Vargas fue posesionado como comandante en Jefe de las FFAA en enero de 2006, cuando Evo Morales comenzaba su primera gestión. Desde ese año ya hubo denuncias de que no se respetó la sucesión normal para los ascensos. De hecho, en la posesión de Vargas hubo reclamos en público.

El último jefe militar de la era Evo

El general del Ejército  Williams Kaliman fue posesionado en 2018 y renunció en 2019, tras la dimisión y huida de Evo Morales. El militar respaldó el proceso de cambio del MAS, estuvo al lado de Morales siempre. Hay denuncias que coinciden en que no le correspondía ser el jefe máximo de las FFAA, lo atribuyen a la política.

El comandante de la gestión Añez


El 13 de noviembre de 2019, después de que  Jeanine Añez ascendiera al poder, nombró a Sergio Orellana como comandante de las FFAA, tras la crisis política y social que se vivió en el país. Los militares de alto rango también denunciaron que a este oficial no le correspondía ser comandante en Jefe de las FFAA.

| PÁGINA SIETE DIGITAL