21 de noviembre de 2024

Ayuso: «Ver que Podemos no entraba en la Comunidad ni en el Ayuntamiento fue muy satisfactorio»

PREGUNTA.- ¿Saber que Podemos no entraba ni en el Ayuntamiento ni en la Comunidad de Madrid fue uno de los momentos más felices de su vida?

RESPUESTA.- Feliz, no. Mi vida, afortunadamente, es mucho más feliz, a pesar de Podemos, pero sí satisfactorio. He de confesar que lo fue. Sí, absolutamente. Mira, me ha cambiado hasta la cara.

P.- ¿Se acordó de Pablo Iglesias?

R.- Es un perdedor continuo en Madrid. Ya no sé cuántas veces habrá que decírselo porque ya lo comprobó en las anteriores elecciones. En Madrid no se le quiere porque no se puede tomar el pelo a todo el mundo todo el tiempo. Ya se ha visto que ni en los barrios humildes están con ellos.

P.- ¡Ni en Galapagar!

R.-Es que la gente es consciente de que es la misma miseria de política de la que muchos huyen y vienen diciendo «si es que esto ya lo he visto en Ecuador, en Venezuela». Y ya no sólo es eso, es que pasan los años y, al final, el que prometía es el peor de la casta y jamás viviría como aquellos a los que dicen representar. La gente al principio tiene esperanza, pero ellos están para reproducir la pobreza masiva y promover la cultura de la subvención y del agravio y la lucha de clases, que es de la que viven. Son luchas identitarias de manual y piensan que el clásico rico-pobre funciona aquí, cuando España tiene una clase media fortísima. Y no se trata de multiplicar la pobreza, sino de que quienes no tienen recursos salgan adelante y no de castigar al que le va bien. Eso, afortunadamente, aquí no cuela. No somos una región que mire el bolsillo ni la procedencia, sino a dónde vamos, qué hacemos juntos. Yo creo mucho en el concepto popular de pueblo, de barrio, de gente diferente, de la mezcla y no de compartimentar a la gente para enfrentarla.

P.- ¿Los madrileños son masoquistas? Le han votado masivamente y yo veía manifestaciones con cientos de miles de personas, según la izquierda, que decían que la Sanidad pública de Madrid era poco menos que la de Guinea Ecuatorial, ¿son masoquistas los madrileños o la Sanidad pública madrileña es bastante mejor de lo que decían Mónica García y compañía?

R.- Esa fue una manifestación de medias verdades. Una cosa es que te pregunten si te preocupa tu Sanidad pública. Pues claro. Pero cuando uno va a su sistema sanitario y le preguntan cómo le ha ido el índice de satisfacción es de nueve sobre diez. La Sanidad de Madrid es la que todo el mundo utiliza cuando realmente tiene un problema. Claro que siempre hay cosas que mejorar, pero ha llegado el momento de poner el acento en el protagonista de la Sanidad, que es el paciente, y nuestra propuesta de transformación digital va a ser espectacular y va a ayudar a prevenir mucho antes de que una enfermedad grave nos llegue y a prolongar la vida, porque cada vez vamos a vivir más años pero con calidad. Y ése va a ser nuestro objetivo.

P.- ¿Quién va a ser el consejero o consejera de Sanidad?

R.- Eso todavía está abierto…

P.- ¿Su Gobierno va a ser paritario?

R.- Mi Gobierno va a ser efectivo. Va a ser el Gobierno de los mejores, como hemos hecho en la anterior legislatura. Y, sobre todo, va a tener mucha renovación y experiencia.

P.- Cuando un entrenador va a la final de la Copa de Europa sabe tres semanas antes quiénes van a jugar. 

R.- No lo sé todavía. Creo en la renovación porque cada legislatura tiene una etapa. Siempre hay que estar ilusionado e ir a más y cuando uno lleva demasiado tiempo en una responsabilidad ya comienza a relajarse y pierde el cuidado por los detalles. He renovado una gran parte de los cabezas de lista y ha resultado un éxito, así como la lista de la Asamblea. Y pienso que para que los proyectos tengan continuidad necesitas mezclar a lo mejor con la renovación. Y es lo que haré también en este Gobierno, que tiene por delante el reto fundamental de seguir haciendo de Madrid el mejor lugar del mundo, el que está más de moda, el que va a traer grandes eventos y proyectos y ahora no puede decaer. Ahora tiene que ir con la misma alegría y bravura, con un mensaje liberal en el que la economía es fundamental pero también lo social, para que no abandonemos nunca a la gente.

P.- ¿Cuántos años va a estar en el cargo? Obviamente, los que decidan los madrileños pero, ¿se va a poner un límite como Aznar?

R.- No lo sé, porque cuando he hablado de esto me han abroncado por la calle. Varios ciudadanos me han dicho que ya no puedo decidir esto libremente. Y es cierto. En realidad, el triunfo maravilloso del 28 de mayo no ha sido sólo cosa mía. Es de un gran equipo de más de 1.600.000 personas. Somos un gran equipo y este trabajo ha sido de todos. He notado que ha habido muchos grupos de amigos y de familias que han hablado en casa, que se han convencido y han tomado después su decisión. Esto es de todos.

P.- ¿Y el salto a la política nacional? Usted tiene 44 años y toda la vida por delante.

R.- Ahora viene un tiempo impresionante en Madrid. Hemos sembrado para grandes proyectos y con una proyección internacional única. ¿Qué hago si no estoy centrada en esto? Otra cosa es que, como siempre digo, estaré al servicio de España, pero desde donde a cada uno le corresponde. El Gobierno nacional es muy importante pero Madrid es una retaguardia para la unidad nacional y para recuperar la prosperidad de aquellos que la han perdido en cualquier rincón del país. El hecho de pensar a dos legislaturas, a futuro, no es mi estilo.

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