2 de noviembre de 2024

Rafael Correa vuelve a acariciar el poder en Ecuador

En 2021 también se celebrarán comicios legislativos para elegir a los miembros de la Asamblea Nacional de la República, y Correa ha anunciado que también optará por uno de los seis asientos que integran la circunscripción exterior.

Imagen de archivo del expresidente ecuatoriano Rafael Correa.

En el amor y en el poder, el pasado es un fantasma recurrente. Rafael Correa decía que no quería, que su barco había pasado, pero acabó aceptando volver a la primera línea de la política ecuatoriana. Concurrirá a las elecciones presidenciales de 2021 como candidato a la vicepresidencia de su país.

«No me sorprende el anuncio de Correa porque, si bien ha estado en Bélgica prófugo de la Justicia, se ha mantenido bastante activo en la política ecuatoriana”, dice a DW Angélica Abad, politóloga y docente de la Universidad de Cuenca. El expresidente reside en ese país europeo desde 2017, cuando dejó el Gobierno ecuatoriano. Sobre él pesa una orden de prisión y una sentencia de ocho años de cárcel por sobornos, aún pendiente de agotar la vía de los recursos judiciales.

Dice que lo hace por Ecuador, para defender a las «víctimas” de «un Gobierno negligente”. El candidato a presidente de su Frente Unión por la Esperanza (UNES) será Andrés Arauz, exministro correísta mayormente desconocido.

El inusual caso de quien fuera presidente del país andino entre 2007 y 2017, y quien ahora aspira a la Vicepresidencia, está siendo objeto de un meticuloso análisis por la máxima dirección del Consejo Nacional Electoral y de la Corte Nacional de Justicia, sin que hasta ahora hayan llegado a una conclusión definitiva. Por otro lado, la normativa interna exige que el candidato presente su postulación de forma presencial, pero Arauz ha asegurado que cuentan con las «herramientas” para inscribirlos.

«Si antes del 17 de septiembre hay un pronunciamiento de los jueces en esta instancia de casación, Correa podría verse totalmente impedido para presentar candidatura”, explica Abad. Pero si se demoran, el expresidente tendría mucho a su favor. Un escenario que no se puede descartar, explica la profesora: «Es complicado porque es una sentencia sumamente larga, que tiene muchas implicaciones y, obviamente, estos jueces están ahora mismos muy presionados por todo el panorama político”.

Pero el exmandatario tiene otro as en la manga. En 2021 también se celebrarán comicios legislativos para elegir a los miembros de la Asamblea Nacional de la República, y Correa ha anunciado que también optará por uno de los seis asientos que integran la circunscripción exterior.

Ambas vías le abrirían la puerta al ansiado fuero, pero la menos sonada se presenta más práctica, explica Abad: «En ese caso sería mucho más fácil para él burlar cualquier tipo de impedimento judicial, porque las inscripciones de estos asambleístas por el extranjero se hacen a través de las embajadas y consulados”.

La vuelta de Correa puede vaticinar mayores divisiones sociales y políticas en Ecuador, pero es imposible obviar que una parte importante del electorado sigue estando de su lado varios años después de su huida. «El electorado está añorando lo que tuvo con Rafael Correa”, subraya a DW la politóloga Johanna Andrango. El boom petrolero permitió al expresidente ganarse a importantes sectores de la población a través del incremento del gasto público. Eso sí, a costa de un gran incremento de la deuda estatal.

Ahora, la crisis del coronavirus ha tenido un fuerte impacto en la economía real. Entre diciembre de 2019 y junio de 2020 el desempleo aumentó aumentó en un 9,5%, situándose en un 13,3%.

«Si bien la crisis que tenemos ahora tiene mucho que ver con el manejo económico que se llevó a cabo durante su mandato, el electorado de a pie añora esa etapa de crecimiento económico”, cree Andrango. Mientras tanto, la aprobación del actual presidente, Lenín Moreno, ha caído del 77% con que inició su mandato al 8%. Las acusaciones de corrupción entre la élite política han crecido durante la pandemia de COVID-19.

Solo importa Correa

La profesora Abad coincide en que el expresidente «despierta casi un fervor religioso entre sus seguidores, por lo que existe la posibilidad de que pueda ganar y burlar la justicia”. Para Andrango, el número uno del binomio electoral es secundario en este caso: «Estoy segura de que su candidato va a llegar al menos a la segunda vuelta. No importa a quién ponga: para mucha gente Correa representa esos años de crecimiento económico y estabilidad política”.

Todos los escenarios generan incógnita. Tanto la posibilidad de que un candidato con tantos apoyos no logre presentarse a elecciones, como también, en el caso de una hipotética victoria, que una persona con el expediente judicial de Correa asuma el cargo como vicepresidente o asambleísta. «Es un tema ético”, critica el profesor Michel Levi, de la Universidad Andina Simón Bolívar. «Si un ciudadano decente tiene juicios por su anterior gestión y, a pesar de eso, de estar cuestionada su administración, piensa presentarse… más que un tema legal, es un tema ético.”

Abad va más allá y se pregunta qué pasaría si Correa fuera elegido: «¿Qué diría eso de los electores y de la ciudadanía, de la concepción que tiene esa ciudadanía del Estado de derecho?”. Los años pasan, pero el pasado sigue ahí. Preparado para volver al presente.

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